jueves, 7 de octubre de 2010

Mediocridad

Los libros de autoestima, estimo, deben hablar de la mediocridad, probablemente como una situación que no debe preocupar, o que debe superarse. De lo que dudo es que aborden la mediocridad como yo lo estoy por hacer.
Luego de una charla emotiva por msn, por emociones ajenas, llegué sin querer a los suicidios. Varias veces me reí de lo tonto que me sonaban los intentos de suicidio fallidos. Las razones de ello radican en la mediocridad, en la mayoría de las veces, y en la mala suerte, en menor medida. La mayoría de las veces que oímos sobre un intento fallido de suicidio, escuchamos que los intentos consistían en ahorcarse, tirarse desde algún lugar alto, etc. La falla de los mismos puede deberse a varias cosas: la presencia de psicólogos y/o parientes, quienes motivan a seguir viviendo y no continuar con el intento, que suelen mostrar la flojera mental de quienes intentan suicidarse, después retomo, o, mi preferida, el error de cálculo.
Cuando un psicólogo interviene en el asunto, es raro que conozca al potencial suicida: calculo que los llamarán de X lugar y que estos tipos laburarán para prevenir y combatir estas situaciones. Que los suicidas cedan ante estos desconocidos da muestra de lo frágiles que son del bocho: alguien que no te conoce te controla, de algún modo. Cuando interviene un pariente, en cambio, la fricción suele ser mayor, porque el pariente sabe mejor por dónde te duele que te ataquen: no va a decir cosas que puedan hacerte desear más el sucidio. Una vez, en la tele, mostraron que una mujer trataba de impedir que su marido se tirara de un edificio o puente, no recuerdo, cagándolo a puteadas... lo consiguió. Tipo pelotudo, eh, tirate de una vez y no jodas más. Los que se tiran de puentes, o bajo el tren, son los peores: encima de querer matarse, joden al resto. Tomá una buena dosis de veneno y no rompas más las pelotas. Por tu culpa cortan el tránsito, las cámaras de tele se instalan en el medio de la autopista, calle, etc. y nadie puede hacer nada porque UN solo pelotudo amaga con matarse.
Mi parte preferida, como dije, es el error de cálculo. Miles de problemas se arreglarían con corregir un decimal (mental, claramente). Es impresionante ver cuando alguien pifia intentando ahorcarse. Flaco, ¡hacé bien el nudo!. ¡Si eso no sale, tirate de un décimo piso que no va a fallar jamás!. Una vez mi vieja, que es médica, me dijo que al hospital llegó un tipo que intentó pegarse un tiró en la cabeza, pero sobrevivió. Que alguien me explique cómo mierda podés sobrevivir a eso. Tenés que tener la peor de las punterías para que no te salga bien un tiro en la cabeza.
Todos los ejemplos de fallas en suicidios muestran lo endebles que podemos llegar a ser. O sea, estamos decidiendo no vivir más, pero aún así seguimos viviendo, por error propio. Si realmente te querés matar, lo hacés y punto. No vas a dar vueltas con intentos fallidos, te vas a asegurar de que te salga bien, aunque, si sucede, nunca lo vas a poder comprobar. Muchachos, seamos serios, el que se quiere matar que se mate, y el que no, que no lo haga, pero que tampoco joda al resto. Hay situaciones que sí requieren tratamiento, pero otras es solo por romper las pelotas.
Para colmo, tenemos la asistencia al suicida, cuya función es totalmente ajena a ayudarlo. Aquel que tiene tendencias suicidas de verdad, se va a matar y no va a andar jodiendo. No le va a preguntar a nadie qué hacer con su vida, porque seguramente ya esté lo suficientemente loco de la cabeza como para plantearse cosas extrañas como vivir. En cambio, aquel que no tenga tanta decisión (más mediocre) va a necesitar escuchar a alguien que no conoce, nunca vio ni va a ver, y que no tiene que tener respuestas a nada, porque es solamente alguien del otro lado del teléfono. Por lo tanto, no se debería llamar Asistencia al suicida, sino Asistencia al pelotudo que dice que quiere suicidarse, pero no tiene los huevos para hacerlo.
Gente, repito por enésima vez, el que quiere matarse, pero realmente lo desea, si ya descartó toda posibilidad y tratamiento, que lo haga. El que es un indeciso que solo se dedique a seguir siendo un infeliz sin rumbo, pero que no joda al resto.