tag:blogger.com,1999:blog-13620325953286571292024-03-14T08:35:10.441-03:00Yo por todosAnonymoushttp://www.blogger.com/profile/11356446682437706621noreply@blogger.comBlogger64125tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-22503127903479642932015-09-29T10:28:00.001-03:002015-09-29T10:28:17.641-03:00(in) TranquiloAyer tuve uno de esos episodios que me dejan pensando demasiadas cosas.<br />
<br />
Me tomé el 110 para volver a mi casa, un poco más tarde de lo habitual porque me quedé por la zona por razones ajenas a esta anécdota. Me tomé de hecho otro ramal, porque estaba en otro lugar del de siempre, otra vez por razones que no vienen al caso.<br />
<br />
Cuando me subí estaba con gente; no lleno, pero no había lugar para sentarse, salvo uno en la última fila, ese de la esquina opuesta a la puerta, que cuando estaba yendo a sentarme, la que estaba al lado me dijo "ojo que está mojado", así que desistí y me quedé parado. Después de un rato se liberó el asiento de adelante de este, que es mi preferido, así que me senté lo más tranquilo, escuchando música, jugando con el teléfono.<br />
<br />
En un momento se empieza a vaciar el colectivo, ese momento en el que queda la suficiente gente para viajar con una perfecta comodidad, pero sin necesidad de que esté todo vacío: tiene la gente justa, el que se sube, se sienta; el que se baja, lo hace tranquilo; nadie jode a nadie. Así de perfecto como venía, se suben dos pibes que no alcanzo a ver, porque estaba ensimismado y no presto atención a nada. Hacían ruido, lo cual me jodía, pero solamente miraba de reojo para verles las caras, lo cual no hacía con completa satisfacción. Por la voz, podía presuponer mil prejuicios que valdrían para que el INADI clausure el blog, una manifestación de Quebracho me rompa a piedrazos las ventanas de mi casa, y me citaran en TN a dar mi versión de los hechos, con un Nelson Castro indignado por la situación actual, mientras Julio Bazán cubre los hechos en un móvil en mi casa, preguntándole a mi vieja cómo se siente y qué opinan los vecinos de mí.<br />
<br />
En cinco minutos huelo cigarrillo. Siempre me molesta el olor, en mayor o menor medida según la marca, me di cuenta con el tiempo; pero esto es un colectivo, no se puede fumar. Debe ser el humo que entra de afuera. Miro de reojo y veo que el de atrás mío está fumando como si nada. Listo el cólera. En mi familia los hombres nos caracterizamos por querer matar a todos y no lastimar ni a una mosca. El tipo de cólera que me agarró es de estos pasivos autodañinos, que me tengo que tragar después de pasada la rosca que me doy mentalmente.<br />
<br />
Sigo escuchando su conversación, auriculares de por medio (y música que ya no distingo, porque tengo toda mi atención puesta en ellos); siento un soplido en el cuello, están hablando de mí y se están burlando, pero andá a saber si traen algún fierro o algo -quiero recordar que por la voz yo podía suponer mil adjetivos #holaINADI-. En eso el que fumaba me toca el hombro:<br />
<br />
Yo: - ¿?<br />
Él: - ¿Dónde estamos?<br />
<br />
Quiero hacer un parate y aclarar: su pregunta venía acompañada de la mayor desorientación imaginable. Este pibe estama totalmente drogado, y a juzgar por su forma de hablar era porro, mala calidad (sí, juzgo por las apariencias y el pibe no se puede comprar flores ni le interesa hacerlo).<br />
<br />
Yo: - Eh... A ver: César Díaz y... - (no tengo idea).<br />
Él: - Ahh. Mirá, tengo que ir a Ángel Gallardo y Corrientes.<br />
Yo: - Te deja a seis cuadras.<br />
<br />
Empecé a contestar con voz seca. Me di vuelta y me quedé en la mía, agudizando el oído hasta niveles que desconocía (mentira, pero suena poético: tengo un excelente oído). El otro muchacho se paró y fue a preguntarle al colectivero algo, y casi se cae ocho veces volviendo de lo puesto que estaba. Se cagaban de risa a los gritos de cualquier cosa... Se pusieron a hablar de mis auriculares. Qué lindos, eh, está para afanárselos, pero ¿qué pasa si se para de manos?, y, le vamos los dos, baah yo solo puedo.<br />
<br />
Mi estado era de alerta, pasivo, lleno de bronca, y nunca antes tan dispuestos a, justamente, pararme de manos. No pasaba solamente por el hipotético robo: suelo ser muy pasivo ahí, evitarme un quilombo en serio, dejar que se lleven lo que quieran, salvo mi teléfono y mi mp3 (que hasta ahora nunca me tocó decidir, por suerte). No, en este caso tenía bronca acumulada por el viaje, por los gritos, porque fumabas adentro, hijo de puta, cagate en todo pero con límites, porque el colectivero no los frenaba y los sacaba a patadas, porque nadie hacía nada y estaba solo, solo contra estos dos monos drogados que no me iban a durar un suspiro porque no se podían ni mover, y los iba a matar, no tenía dudas. Los iba a matar.<br />
<br />
Veo las sombras de sus manos, la del que estaba atrás mío, que me volvía a preguntar si faltaba mucho, no, cinco minutos, y después hacía que me sacaba los auriculares para que el otro se ría como mono drogado -literalmente-, mientras yo me hacía el desentendido pero escuchaba cada cosa que decían y cultivaba una violencia que no podía fallar, no podía dudar. Si había siquiera un amague de que pase algo, yo tenía que dar el primer golpe, y tenía que ser uno bueno, para poder dar otro, y otro, hasta que me canse, se mueran, o se escapen, lo que pase primero.<br />
<br />
¿Con qué me defiendo? ¿Con qué hago mi ataque preventivo, mi primera reacción? Navaja no tengo, va a tener que ser a mano limpia. No, esperá, por ahí tengo alguna tijerita en la cartuchera. A ver... bingo. Agarré la tijera disimuladamente desde adentro de la mochila, cerré la cartuchera desde adentro y me guardé la tijera en la manga izquierda, aprovechando que soy zurdo y es la mano que no me ven desde sus asientos. Y ahora, a esperar.<br />
<br />
Siempre me gustaron las películas orientales por la forma de vida que muestran. Karate Kid, la versión occidental de estas películas, tenía a Pat Morita en su señor Miyagi: el hombre con la mayor paz interior, pero capaz de desatar un huracán si las circunstancias lo ameritaban. Así estaba yo: alerta, dispuesto a todo, pero haciéndome el boludo a más no poder. Y en cierto punto deseando que la cosa se vaya al carajo, porque tenía una bronca que no aguantaba más.<br />
<br />
El 110 llegó a San Martín y el de atrás mío me preguntó cómo agarraba después. Le dije que se abría y doblaba a la izquierda en Scalabrini Ortiz. Me tiró un "bueno, porque si no..." y no recuerdo qué dijo, pero me hubiese encantado que se desvíe y no tener otra que matarlo, sobre todo a él, que era el que más jodía, una especie de líder tercermundista drogado. Cruzamos Warnes y empecé a contar las cuadras. En algún momento de todo el trayecto dijeron que estaba para sacarme los auriculares cuando se bajaban, así no los agarraba. Yo estaba contando las cuadras para ver qué hacían, abriendo y cerrando la tijera, imaginando por dónde atacar, planeando mi defensa. Los ojos: ése tenía que ser mi punto de ataque. O tal vez el estómago. No sé, nunca peleé por mi vida en serio, ni mucho menos deseando que el otro directamente muera.<br />
<br />
Cruzamos Padilla y estaba a mil. Llega a Camargo y me doy vuelta:<br />
<br />
- Es acá.<br />
- ¿Qué?<br />
- Esta es Corrientes.<br />
<br />
Lo mira al otro, que empieza a levantarse para bajarse. El otro decide -como si no le quedara otra- bajarse también. Mientras se levanta el último, mi charlatán-fumador-menos-drogado-que-quiero-matar-primero-aunque-al-otro-le-pego-antes-por-las-dudas, me tiro levemente de costado y toco mis auriculares con la izquierda, con la que sostenía la tijera escondida en la manga. Me agradeció y se bajó, siguiendo a su amigo, que de repente podía caminar sin tantos problemas como antes.<br />
<br />
Me invadió la tranquilidad llena de bronca. Y este es el punto central. Me quedé con ganas de sangre. Nunca antes me había pasado tan en serio. De repente era un asesino sediento, un psicópata violador en una nursery. No podía creer que ya estaba, que no iba a pasarme nada, y en cierto punto hasta me frustraba, como si necesitara alguna anécdota de vida, una cicatriz que contarle a mis hijos o en un bar para impresionar gente e intimidar a quien quisiera; una tijera heroica que mostrar cada vez que la tuviera que usar para cortar un papel miserable, contando su historia para otra vez sentirme alguien importante, con algo que contar de su vida, como si todo lo que atravesara a diario no contara por no tener el nivel de adrenalina que tenía ahora. Quería ir al gimnasio a pegarle a la bolsa para descargarme, pero era tarde y tenía que comprar leche en el chino porque los supermercados estaban cerrados por el Día del empleado de comercio. Así de triste terminaba mi vuelta a casa: de héroe y asesino a hijo de familia con obligaciones y cansancio.<br />
<br />
Me pegué en las manos para descargar algo, pero todavía tengo esa sed. Esa sed que me dio tranquilidad, porque me vi capaz de defenderme a mí mismo de algo, que me superaban en número y no sé si también en fuerza y demás, pero no me interesaba, era un león que se comía lo que le tiraran. Y a la vez me quedé intranquilo, porque conocí una parte nueva de mí, una que se alejaba del típico hombre en mi familia, pasivo-agresivo: uno que podía usar la agresividad a niveles peligrosos, a conciencia, aún si fuera para defenderse a sí mismo.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11356446682437706621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-80725273266949102202015-07-07T09:53:00.000-03:002015-07-07T09:53:25.434-03:00SoloHace bastante tenía pensado irme de viaje cuando me recibiera, no sé, un mes al Congo. En realidad era a España, país que no visité durante mi gira europea y me quedó como deuda. Recursé la última materia y no supe si esperar para irme de viaje o no.<br />
<br />
Un viernes en el trabajo, me encontraba bastante al pedo (por suerte). Me dije "¿y qué pasa si no espero a recibirme y me voy a España?". Entré a ver pasajes. Carísimo, mejor hagamos otra cosa. "¿Y Nueva York?". Un regalo. "Listo, me voy a Nueva York". En quince minutos decidí mis vacaciones.<br />
<br />
Planeando durante ese fin de semana, resolví todo: fechas, lugares, etc. Me faltaba la visa, así que hice el trámite.<br />
<br />
En menos de un mes ya tenía todo hecho y reservado, y dos semanas después me fui. Solo. A Nueva York.<br />
<br />
Desde mi viaje europeo me dije que me debía un viaje solo a mí mismo. No me desagradaba la idea de estar absolutamente solo y sin conocer a nadie: por algo estoy en ingeniería.<br />
<br />
Me fui, recorrí todo, no paré un segundo, visité a mi tía en Miami ya que estaba y aproveché esos días para descansar.<br />
<br />
El viajar solo es un mundo aparte del viajar.<br />
<br />
Tuve momentos en los que no podía estar mejor, y momentos en los que la soledad me acechaba y me abrazaba hasta no soportar el estar lejos. Me encontré súper cómodo planeando mi día apenas empezaba, sin tener un plan o itinerario estricto o laxo, pero padecí horrores viajando entre ciudades sin nadie a quien hablar por horas, aunque más no fuera para ignorar la charla y desear no hablar con nadie. Leí bastante más que en el día a día general, me pegó lindo la identificación de todo con los personajes, y extrañé otra vez.<br />
<br />
Conocí mucha gente en demasiado poco tiempo, y agradecí volver a la sociabilización. Y luego recordé que son amistades efímeras, que tampoco WOW NO SABÉS A QUIÉN CONOCÍ. Pasé por todos los estados de ánimo posible, y todo a más de 8000km de mi casa.<br />
<br />
En resumen: irme solo era lo que necesitaba y me encantó. Casi al punto de decir "me iría solo siempre", pero bueno, no estoy tan loco. ¡Aguante viajar solo vieja!<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11356446682437706621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-27104177775695310812015-05-28T15:25:00.001-03:002015-05-28T15:25:37.445-03:00Cuando la soledad no desesperaHace dos años me fui de viaje en grupo y después con una amiga, el segundo inmediatamente después del primero. Toda una experiencia en sí, que ya relaté <a href="http://yoportodoss.blogspot.com/2013/01/cambios.html">acá</a>. Siempre me quedé con las ganas de irme solo solo, sin nadie, a la concha de la lora. Mi idea original era irme cuando me recibiera, pero viendo cómo viene mi avance en la tesis (un mes parada esperando un dato que nunca llega), me dije "¿y qué pasa si me voy ahora?".<br />
<br />
Busqué precios de pasajes y decidí irme. Solo. Nueva York. De paso podría visitar a mi tía en Miami, ¿no? Busqué precios. Bueno, hago todo.<br />
<br />
En un fin de semana armé un viaje de dos semanas que no tenía ni pensado hacer. Y lo mejor, me deja súper tranquilo el saber que me voy solo. Quizás me concentro más en pensar en esa soledad casi ansiada más que en qué recorrer, dónde ir y demás. Dejo que la información me llegue, la acumulo sin mirarla y sigo pensando en esa soledad que espera, pero no desespera, y soy casi feliz podría decir.<br />
<br />
Me queda la deuda del viaje y lo que me traiga de él, que espero sea mucho (también a nivel material, obvio, soy un cerdo-capitalista-gorila-que-aprovecha-y-viaja-porque-me-cago-en-el-país).Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11356446682437706621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-19558872695585250062015-05-18T13:48:00.002-03:002015-05-18T13:48:46.147-03:00Filtro terapéuticoSoñé algo tan genial que no puedo no decirlo por algún medio, y como en 140 caracteres se me complica (<a href="http://www.twitter.com/agusberga">acá yo</a>), acá me tienen.<br />
<br />
En mi sueño había una especie de paloma con las plumas todas corroídas, algo así como la greyscale de GoT. Yo la tocaba por no sé qué razón. De repente me estaba por morir por haber tocado la paloma, así que una amiga que también se estaba por morir jugaba al Super Mario (!) y juntaba vidas, que eran estrellitas y no hongos, y perdía la vida apenas la ganaba (punto súper realista del Mario), así que como ya había juntado suficientes vidas (que fue perdiendo mientras las ganaba), dejamos de jugar y volvimos en una montaña rusa a mi casa. Yo sin querer tocaba a la perra y la contagiaba, y la pobre aparecía después con toda la piel y el pelo sucios y por caerse. Después mi vieja, que es médica en la vida real y en el sueño, me decía que no pasaba nada, que solo le había contagiado diabetes a la perra (!!!).<br />
<br />
Y me desperté.<br />
<br />
Si voy a terapia con este cuento, me ahorca.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11356446682437706621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-40074417018839114472015-04-14T13:48:00.002-03:002015-04-14T13:48:43.996-03:00Y quéSiempre digo que siempre fui una especie de fanático o curioso de los ciclos (por ejemplo, <a href="http://yoportodoss.blogspot.com/2014/06/cuando-las-dudas-te-carcomen.html">acá</a>). Esto me hace, para bien o para mal, no quedarme en el momento que vivo, sino también ver qué espero a futuro. Y esto me hace no vivir todo al ciento por ciento.<br />
<br />
Dudas, miedos, inseguridades; lo mismo que tenemos todos, exagerado a mi manera.<br />
<br />
Ahora, luego de haberme sabido detenido o demorado por esas incertidumbres, me pregunto: ¿y qué si tengo la completa seguridad del fracaso? ¿Y qué si me autoimpongo límites en cuestiones que quizás desearía no hacerlo? ¿Y qué?<br />
<br />
Creo que me siento más libre sabiendo dónde estoy preso, que intentando liberarme en todos los aspectos que encuentre. Puedo aprovechar mis espacios de libertad y explotarlos; donde me vea preso, pensar por qué, ver cómo convivir con eso, quizás hasta aprovechándolo si se puede. Vivir así es simple: conocer los límites que te rodean permite aprovechar los espacios, saber cuándo pedir ayuda, cuándo parar, cuando forzar. Manejar los cuándos es lo que nos hace libres.<br />
<br />
Y así llegué, con el yqueísmo, a relajarme en mi situación. ¿Veo un fin a todo siempre? Tal vez. Pero en mis manos tengo el durante, y puedo extenderlo hasta donde yo quiera.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11356446682437706621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-13783901189947821502015-03-02T16:27:00.001-03:002015-03-02T16:27:21.053-03:00Ojalá no lo leasTe vi en otra. Te vi tan parecida en gestos, actitudes, todo; tan igual que me aterré cuando te vi. Pero eras otra. Una otra con tantas cosas en común como cosas distintas, y ambas me atraen. Me atraen y me asustan. No me repelen, pero me generan una incertidumbre sobre qué estoy viviendo y qué estoy disfrutando realmente que no sé para dónde apuntar.<br />
<br />
Convivir con tu recuerdo lo comparo con mi viejo: el recuerdo va a permanecer por siempre, y superar algo es aprender a convivir con el dolor.<br />
<br />
No debería ser así en este caso. No es como mi viejo. Mi viejo se me murió, se me fue muriendo y era algo irreversible. Nosotros no éramos irreversibles, o tal vez sí, pero terminamos en un curso que nos declaró muertos y terminamos aceptando que eso era mejor que vivir. Terminé aceptando que era mejor morir.<br />
<br />
La mayor de las dudas, quizás, es si habrá semejanza en cómo nos recordamos mutuamente. Ambos estamos en otras cosas, viendo a otra gente, pero siempre dudé de qué impresión dejé, qué marca quedó.<br />
<br />
Ojalá no puedas contestármelo jamás.<br />
<br />
Y aquella en la que te vi me produce cosas tan similares que no quisiera verme decantando en lo mismo. Aunque tengo muchas ganas de eso. Tengo la frialdad para decirme que también tengo que hacer otras cosas, así como tengo un impulso tremendo de ir y ver qué pasa, que no hay que estar tan pendiente de todo, que si quiero lo hago y punto.<br />
<br />
Ojalá tenga una respuesta fácil para esto.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11356446682437706621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-51153759415768404492015-03-01T03:14:00.000-03:002015-03-02T09:12:01.169-03:00Lo que el mar se va a llevarNacemos y morimos solos. Aprendemos todo lo que nos enseñan por repetición. Todo aquello que descubrimos por nuestra cuenta es valorado muy por encima de lo aprendido por enseñanza ajena, y quizás sea por eso que somos tan recelosos de ello.<br />
<br />
--------<br />
<br />
Salí con una chica con la que vengo saliendo hace un par de veces. Me gusta, pero estoy saliendo con otra que no sé si me gusta o no, y quiero averiguarlo. La primera sabe que veo a la segunda, pero no viceversa. A su vez, esta primera está viendo a otro también.<br />
<br />
En esta salida se tocó ese tema: salir con otros. Lo que dejé bien claro y pude percibir que del otro lado también pasa -y es lógico- es que cuesta convivir con ese conocimiento, pero si uno lo aplica no puede decir nada: ambos quisiéramos ser la única persona con la que sale el otro, pero que el otro no sea la única persona con la que salimos. Queremos ser únicos en los diversos. Pero sabiendo que eso no pasa, nos "contentamos" con seguir como estamos. Y luego, el momento que da vida a este post.<br />
<br />
Fui testigo de una descripción mía. Se habló de mis pros y mis contras. De hecho, mis contras fueron tan leves y explicadas que ni me jodieron ni sorprendieron. Mis pros, obviamente, me levantaron el autoestima. Pero más allá de eso, la única contra que dio vueltas un segundo más fue que ella quería saber mi situación con la otra: qué busco en cada una, por qué digo que no me gusta si salgo con la otra.<br />
<br />
Empecé hablando de que somos recelosos de lo que descubrimos. Yo descubrí mucho de mí mismo, así que podría decir que soy autorreceloso. Pero, más aún, me di cuenta de que aparentemente hombres y mujeres tenemos cosas delicadas complementarias, si se quiere: mientras que las mujeres suelen tener problemas de aceptación de su cuerpo (a pesar de que estén 10 puntos, en algunos casos), los hombres tenemos complejos de apertura. Es muy difícil que un hombre sea 100% abierto en todo; muy probablemente no hable de algo o algún tema prefiera pasarlo de largo.<br />
<br />
Eso lo encontré en esta misma salida.<br />
<br />
Estábamos hablando de las salidas múltiples de ambos, coincidiendo en que mejor no hablar de los otros, hasta que llega un momento clave: hacia dónde apunta tal o cual relación. Uno tiende a maquinar siempre con cada relación nueva de hasta dónde le ve potencial, qué podría sacar de allí, qué le aterra, qué lo motiva. Las sucesivas salidas, los sucesivos encuentros y momentos, tienden a orientar todo aquello. Pero esto solo ocurre internamente.<br />
<br />
Me resulta a mí, y quisiera creer que para todos ocurre algo parecido, imposible debatirlo abiertamente con esa otra persona. Prefiero decir que me gusta dar curso a las cosas por sí mismas, cosa que es verdad, antes que planificar y proyectar. Pero no sé qué parte de la psicología habla constantemente de la proyección de lo propio en lo ajeno, más allá de que sea otro tipo de proyección.<br />
<br />
Hasta hace poco, tenía absolutamente un diagrama perfecto de todo lo que me rodeaba. Ese paradigma se cayó, se dio vuelta, se hizo pelota, no sé, pero ahora tengo muy poca idea de qué pasa, pero una clara idea de qué quiero. Di vuelta todo o se dio vuelta solo, no sé, pero la mejor forma de describirlo ya la hice: una ola gigante que se me viene encima. Como si fuera "El día después de mañana", una catarata de sentimientos y situaciones superpuestas se viene hacia mí. Como yo percibo el final, trato de adaptarme a él, aunque eludiéndolo un poco.<br />
<br />
Toda esta nueva configuración ya la tengo desde antes de esa salida. En esa salida podría haber dicho todo eso explícitamente y sin dar vueltas, cosa que tampoco hice acá porque no me quiero exponer: sé cuál es la ola y sé cómo quiero estar cuando llegue, pero evité decirlo.<br />
<br />
Me llamó la atención el comienzo: nacemos y morimos solos. En esa soledad elegimos la compañía, o en función de ella, quizás; una compañía que puede tanto disolver esa soledad como llevarnos a una aún mayor.<br />
<br />
Por eso es que digo que sé que no sé lo que quiero: la soledad que me acompaña no quiere estar aislada del mundo, eso ya pasó antes y no era bueno. Pero la exposición me suena a peligro. ¿No debiera ser así? Probablemente. Pero es más probable que siempre uno sienta ese peligro al exponerse, y se proteja en su propia soledad.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11356446682437706621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-5439809997928146802014-11-10T14:42:00.001-03:002015-01-06T11:03:42.971-03:00Frustraciones necesariasEn esa fiesta, a la que llegaste tarde. Por ahí no te acuerdes bien del todo, pero si te empiezo a contar, seguro te acordás. ¿Y sabés por qué puedo empezar a contarte? Porque me acuerdo de todo. Llegaron en grupo, y ahí te vi. Me quedé helado. Una amiga tuya pasó por al lado mío, sin saludarme, y poco me importó. Después, sí, me saludaste, y casi que me quise atribuir alguna victoria con eso. Me saludaste, y me saludaste sonriendo, no cualquiera lo hace. Al menos, no con esa sonrisa que vi en vos. Claro que después no pude hablar mucho con vos, no había un dónde, un de qué, nada. En fin, era yo que no podía hablar, encontrar un momento para sacar algún tema con el que buscar una mirada que diga algo más.<br />
<br />
Por suerte tengo una memoria excelente, a pesar de haber pasado por vino y sustancia, como dirían, así que me agendé mentalmente tu nombre y te busqué. Me aceptaste como contacto, amigo, o como quieras llamarlo, pero es al día de hoy que no te hablé. No lo hice porque te encontraba conectada cuando yo lo estaba, y hablar así me parecía muy forzado, con olor a desesperación. Pero es lo que tenía.<br />
<br />
Siempre quise vivir de momentos ideales: no hacer nada si no estaba el momento perfecto para hacerlo. Así que en cierta forma decidí dejarte ir. No puedo esperar que pase nada ideal para actuar, porque la idealización ya está en vos, y todo lo que haga va a estar condicionado por esa idealización. Y todo lo que diga va a estar atravesado por eso que me pasó cuando te vi, cuando te vi sonreír, y me dije "mierda, esta mina es preciosa", pero qué lo voy a decir, no estoy loco.<br />
<br />
Todo ahora está condicionado por otro encuentro casual, otra de esas fiestas, en las cuales siempre voy a preguntar si venís, y hacerme la cabeza en todo caso.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11356446682437706621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-71330952044393215842014-11-04T13:02:00.002-03:002014-11-04T13:02:49.490-03:00El dilema del viajanteUn hombre debe atravesar <i>n</i> ciudades, todas una sola vez, sin repetir ninguna. Pueden existir restricciones de <i>barrera de tiempo</i>, es decir, momentos en los que puede o no llegar a la ciudad (por ejemplo, solo de 4pm a 6pm, si no, no puede entrar). Pueden existir muchísimas restricciones más, pero todo se centra en cómo mandarlo a cada lado al tipo. Al viajante, que no es otra cosa que un comerciante con una valija cargada de muestras para ofrecer y lograr una compra. Nuestro querido <i>problema del viajante</i>.<br />
<br />
Hoy quiero centrarme en el viajante en sí mismo, y no en su tarea caminante, viajante; ni siquiera en su valija con sus muestras, ilusiones que vende a cambio de confianza. ¿Qué hace la familia del viajante? ¿Por qué llegó a tener que encomendarse en semejante tarea de irse tanto tiempo de la casa? ¿Tiene una mujer en cada ciudad, como se dice de los marineros?<br />
<br />
Y sin embargo, nos centramos en hacerlo ir de acá para allá, que vaya a todos lados, no sea que no vendamos en algún lugar. Tiene que cumplir todas las restricciones.<br />
<br />
¿Alguien le preguntó algo sobre su vida en todos sus viajes? ¿Conoce gente? ¿Sociabiliza?<br />
<br />
Todo viajante debe atravesar por un dilema existencial tremendo. Horas, días, semanas, meses, y por qué no años, de viaje continuo, con la única compañía de sí mismo. Una eternidad para alcanzar el summum bonum de la autorrealización. ¿Habrá existido algún viajante que se haya detenido a pensar? ¿Existirá entre los viajantes más conocidos y los más ignorados, alguno que haya podido responder las preguntas más fundamentales de la filosofía? Seguramente no, pero cuánto tiempo para pensar, eh. Si había alguno que era medio maquinador, seguro podía llegar a pensar que su mujer lo hacía un buey metiéndole el cuerno en el quetejedi a un reno.<br />
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Cuánto tiempo se invierte en mejorar el recorrido del viajante, optimizando los costos, entre otras cosas, y cuán poca atención se le presta a ese humilde hombre que quiere darle de comer a su familia.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11356446682437706621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-30949079420173710062014-10-17T11:19:00.000-03:002014-10-17T11:19:22.747-03:00Las luces al final de los túnelesEl ser humano es reacio a cambiar por definición: todo cambio es visto como algo malo y se prefiere estar en la situación actual. "Mejor malo conocido, que bueno por conocer", dice la frase, quizás la mejor representación de la resistencia al cambio.<br />
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Por mi parte, se me da una dualidad frente a los cambios bastante dinámica: en primer lugar, no me gusta o, mejor dicho, me da cierto temor, incertidumbre; después, una vez que ya ocurrió el cambio, me adapto enseguida. Pero enseguida enseguida. No tardo nada.<br />
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Cuando estaba en quinto año, el paso a la facultad me parecía rarísimo. No podía concebirme en un ambiente supuestamente superior (a la vez que fantaseaba obviamente con las orgías de <i>College Rules</i>), profesionalizándome, especializándome en algo (la Ingeniería Industrial es poco especializada en muchas cosas, por suerte, aunque tiene su especialidad). La realidad me encontró adaptándome a la UBA como si hubiese nacido ahí, moviéndome como pez en el agua en edificios desconocidos, con nomenclaturas para aulas que jamás había visto antes.<br />
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Cuando empecé a trabajar, me pasó lo mismo. ¿Yo, un nene, enseñando a otros? Las clases particulares eran un lindo currito, no lo veía como un trabajo serio, solo porque no quería vivir de eso. De nuevo me adapté sin problemas.<br />
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A cada cambio, pareciera que es un caer y levantarse psicológico, cuando en realidad simplemente seguimos caminando. Cada nuevo túnel parece lleno de oscuridad, aumentada por la oposición a la luz del túnel del que recién salimos.<br />
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Estoy a breves pasos de recibirme (como mucho, un año, pero plagado de finales y casi sin cursar). De nuevo me surge el dilema de quién voy a ser, qué voy a hacer, y otra serie de preguntas existenciales que poca importancia tienen. Esta vez no me genera tanto "miedo", sino intriga, aunque tantas preguntas me llevaron a decidir renunciar a mi trabajo para crecer como ingeniero, porque creo que acá tengo que venir ya sabiendo para que me den bola.<br />
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Me parece que la idea de fondo es dejar de impresionarse con los cambios de la luz cada vez que entramos o salimos de un túnel. Es mejor cerrar los ojos y, cuando se requiera, abrirlos y ver dónde estamos, porque es cuando mejor nos adaptamos a ver lo que nos rodea.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11356446682437706621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-20050469178966308892014-10-06T13:31:00.000-03:002014-10-06T13:33:10.917-03:00La oscura pazTengo una particular relación con la muerte. Muchos le tienen miedo, la miran de reojo, dicen "de eso no se habla"; pero nunca se paran adelante una vez que la vieron.<br />
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Siempre se mira con una cuasi empatía al que se le murió alguien cercano. Se le dice que se lo siente mucho, que se lo acompaña, que si necesita algo, que las condolencias... yo no hago nada de eso. Recién volvió al trabajo una a la que se le murió el hermano. Simplemente le pregunté si andaba mejor, al menos un poquito. Por lo menos le saqué una sonrisita antes de que lagrimeara un poco.<br />
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Cuando sé que voy a saludar a alguien en esa situación, me empiezo a plantear cómo lo haría, qué digo, cómo lo digo, etc. Nunca me sale bien esa anticipación, por suerte.<br />
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Por mi parte veo como una hipocresía involuntaria el decir esas frases armadas que bien podrían representar lo que un tercero quieren transmitir, pero que jamás se centra en aquel que tiene el sufrimiento a flor de piel. O sea, no los condeno, pero me parece que se pierde algo.<br />
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Cuando se murió mi viejo estaba hiper sensible. Me acuerdo de que en una clase del colegio una piba me vino a decir que a ella no la ayudé nada y que no era justo. Casi me largo a llorar diciéndole que la próxima clase tenía un tiempo mío reservado para ayudarla. Tenía los ojos tan rojos que debí de parecer un boludo, pero bueno, tenía mis razones.<br />
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Cuando saludé a esta del trabajo y le pregunté si estaba aunque sea un poquito mejor, volví a ver esa oscura paz y tranquilidad post mórtem ajena. Me acordé de aquella vez en que yo la sentí. No fue con mi abuelo, que fue la primera muerte que me tocó enfrentar, sino con mi viejo, la más dolorosa.<br />
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Cuando muere alguien de avanzada edad, que ya vivió mucho, uno se siente mal, pero lo entiende (o al menos debería, tengo un profesor de 65 años que se le murió la madre de como 90 y creo que no está bien de la cabeza); duele, obviamente, pero a pesar de no entender al ciclo de la vida, uno entiende que forma parte del mismo. Distinto ocurre con las muertes prematuras.<br />
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Mi viejo estuvo enfermo durante seis años, en los cuales se creyó haber curado un tiempo y al rato volvía a caer; al final, se dejó ganar, o le ganaron, no sé, no quisiera estar ahí para saber cómo es. Yo me enteré de todo la segunda vez que le agarró cáncer, en el 2007, tres años después del primero. Yo estaba terminando quinto año; mi hermana tenía apenas catorce. Esa vez me agarró una desesperación tremenda, pensar que mi viejo se podía morir, pero cómo, si él era inmortal, intocable, perfecto. Tenía toda la seguridad de que no iba a pasar nada: si se salvó una vez, que encima era mil veces más jodida, cómo no se iba a salvar ahora.<br />
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Esa vez se salvó. Lo operaron sin problemas, aunque esas tres o cuatro horas que estuvimos esperando fueron horribles. Toda la gente que hablaba me molestaba. No quería estar con nadie, ni haciendo nada: quería silencio, pero a la vez quería que alguien me dijera que ya lo habían operado y que ya estaba.<br />
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La tercera vez que se enfermó, metástasis del primer cáncer del 2004, ahora en 2010, fue lo peor que me pasó en la vida. Me acuerdo de irme a dormir el día que me dijeron "otra vez sopa" e imaginarme la tumba de mi viejo, tal cual es la transitoria que hay en Tablada hasta que se hace el monumento: fondo blanco, letras azules. Lo que me puteé antes de ir a dormir no tiene nombre. Me dije de todo, que cómo se me cruza eso, que soy un pelotudo, que dejate de joder, que si le ganó dos veces ahora no pasa nada...<br />
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Pasaban los meses y los tratamientos y la decadencia de mi viejo era tremenda. Un tipo que hacía quince años pesaba 90kg, ahora pesaba menos que yo, que andaba por los 75kg. La cara hinchada por la metástasis, la voz finita porque le apretaban las cuerdas vocales, los ánimos totalmente idos de su vida y una sensibilización que no entendía.<br />
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Todo esto me hacía pensar que tal vez era mejor que se muriera. Mejor para él, para dejar de sufrir, y mejor para nosotros, porque él terminaba siendo una carga, alguien de quien había que estar pendiente. Por pensar en esto me puteé más que antes, con la diferencia de que esta vez tal vez tenía razón, tal vez era horrendo pensar así, pero también tenía sentido hacerlo.<br />
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El día que murió no pasó nada. A los dos días caí como el peor. Y recién entonces empecé a sentir esa oscura paz.<br />
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Ese calorcito que te sube despacio, una sonrisa tímida que se dibuja, ojos rojos al borde del colapso, el habla tembloroso pero forzándolo para que salga como tiene que salir, carajo, que ya se me va a pasar. Pero tal vez el mejor exponente de la oscura paz sea la tranquilidad y la mirada lejana, siempre lejana. Como si no quisiéramos estar acá.<br />
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Y es oscura, porque emana del peor lado que existe, que lo tenemos porque es inherente a nosotros, que no nos gusta tenerlo pero que es el único consuelo que nos queda. Es el saber que se terminó lo peor; que puede ser que sigan existiendo consecuencias, que seguramente vayan a existir, pero que todo el tránsito emocional alcanzó su máximo el día que lo perdiste, y que ya nada va a ser igual desde entonces. Pero también es salir del túnel, en el que quizás nunca hubo una luz al final, o tal vez la apagaron en algún momento, pero finalmente salís y decís "mierda, el mundo sigue y se caga en esto que me está pasando", porque es así: nada que nos pase difícilmente trascienda en algo al mundo. Entonces empezás a ver a tu alrededor, y elegís aferrarte a la vida, no con desespero, sino con mesura y conciencia, sobre todo con conciencia: de que tal vez es la última que te queda.<br />
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Toda esta oscura paz nos pone como en trance; un trance periódico que nos lleva a ir cada vez menos lejos, a divagar mentalmente cada vez menos, a percibir la vida cada vez más, hasta retornar al punto de partida, en el que te das cuenta de que cambiaron las reglas y hasta el juego mismo, y no sos vos el que decide nada, sino que hay fuerzas superiores o aleatorias que determinan las grandes movidas de la vida, pero que te dejan un par de grados de libertad para moverte, para explorar, para hacerte sentir que sos realmente libre y que tus decisiones son tuyas. Es como una religión de la vida, que excede la creencia en Dios y se basa en la autodeterminación y el accionar cada vez más inconscientemente, más intuitivamente.<br />
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Y es este estado de locura el que te conduce a través de la oscura paz, cuando en realidad estás siendo guiado por ella y no a través de ella, pero no importa, vos todavía no lo sabés y vas. Vas, y vas tanto que alcanzás estados de locura emocional que no comprendés de dónde surgen y por qué, pero tampoco importa realmente, pues los impulsos que te mueven son mayores y los logros que vas viendo son tales que cerrás los ojos y te dejás llevar.<br />
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Y cuando ves que alguien está atravesando ese estado, como yo lo vi con mi compañera de trabajo, entendés que todas las frases vacías que se dicen están cargadas de oscura paz, solo que el común de los mortales no lo comprende bien y las pronuncia por inercia, a través de emociones que pretende transmitir sin saberlo y que al final, cuando llegan los "era lo mejor", "ya vas a ver cómo cambian las cosas ahora", comprendés que esa oscura paz que viviste otros la llaman <i>esperanza</i>.Agushttp://www.blogger.com/profile/16586235007244942878noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-62376447460856956402014-08-28T12:38:00.000-03:002014-08-28T12:38:10.963-03:00La verdadera estadística aplicadaEn distintos lugares veo gente diciendo que los valores actuales cambiaron, pero que ellos son "chapados a la antigua". Esto pasa con mucha gente. Y cuando les preguntás por qué están solos, simplemente no encontraron a la persona adecuada, las relaciones exigen trabajo y dedicación y no hay nadie con las pelotas para eso.<br />
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Ahora bien, pregunto: ¿es tan así?<br />
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Es cierto que determinados sectores publicitarios nos hacen entender que todo es más efímero, con lo cual las relaciones también "deberían" serlo. Pero también es cierto que todas las películas que hay dando vueltas plantean lo contrario. Culpar a los medios de comunicación es un sinsentido.<br />
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Culpar a la gente me parece que también lo es. Siempre hubo gente en todo el espectro de opiniones en todo tema. ¿Por qué no habría de haberla para estas cosas también? Claro que aquella que encuentres puede ser que justo no coincida con lo que vos querés, pero ¿es para tanto? Además, depende de los lugares en que busques, vas a encontrar determinadas cosas.<br />
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Como la vida me modeló ingeniero, y estando bastante cerca de recibirme (sí, aprovecho toda oportunidad para decirlo), pensemos en probabilidades. Nada es certero jamás, menos aún con el principio de incertidumbre de Heisenberg (?), pero podemos aproximar todo a probabilidades.<br />
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¿Cuáles son las probabilidades de que encuentres al amor de tu vida en una situación específica? Si no es cero, pega en el palo. Reduzcamos el universo de personas en el mundo a una sola. Incluso solo con las personas de tu ciudad, salvo que vivas en un pueblo de menos de 10.000 habitantes, en cuyo caso no tendrás internet ni acceso a este blog (1. Nadie entra acá en general; 2. Salió el porteñito a hacerse el vivo), las probabilidades de encontrarlo en cualquier lugar es muy baja. Por lo tanto, no jodamos con el amor de la vida de cada uno. El verdadero amor de la vida de uno se construye, no se encuentra. Uno empieza por armar una imagen pseudo ideal de alguien a partir de sumar los aspectos positivos, y muchas veces obviando los negativos.<br />
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Ahora bien: si buscás alguien con determinadas características, fijate de buscarlo en lugares donde puedas encontrarlo. Decir que ya no hay más buenos pibes, cuando salís a buscarlos a Hammer, es básicamente ser una boluda. Lo mismo para los pibes: es demasiado difícil encontrar a esa chica buena y linda si solo vas a Cocodrilo.<br />
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Mi postura frente a estas cosas es dejar que todo sea. Si bien en cierto punto la vida termina trascendiéndome, hay que ir viviendo las cosas a su ritmo. Jamás vas a encontrar a nadie que valga la pena si salís a buscar desesperadamente a ese alguien. Es muchísimo más probable que encuentres a alguien cuando no lo buscás. ¿Por qué? Ni idea, pero debe ser una cuestión de probabilidades.Agushttp://www.blogger.com/profile/16586235007244942878noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-23217677330962274482014-06-19T12:16:00.002-03:002015-01-06T10:47:42.410-03:00Cuando las dudas te carcomenCuando tenía dieciséis años, hice un curso de orientación vocacional. Me salió ingeniería industrial, y acá estoy. No creo que se haya equivocado el test, o en todo caso me dejé convencer con la carrera a medida que le fui (y sigo) avanzando. Durante ese test, entre otras cosas para hacer, tenía que escribir una historia cortita. La que yo quisiera. No recuerdo si tenía temática o no, pero no viene al caso. O tal vez sí.<br />
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Esa historia que escribí no me la olvido más.<br />
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Trataba de un chico y una chica que iban juntos al colegio y se enamoraban. El enamoramiento surgía cuando la abuela del chico se moría, y la chica medio que se apiadaba de él. La primera frase era "no se conocían, eran dos extraños" o algo así, pero la cuestión del enajenamiento estaba. Después, la relación alcanzaba un pico máximo, y luego se diluía lentamente, hasta volver a resultar dos extraños entre sí. Y ahí terminaba.<br />
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Siempre me parecieron entretenidas las historias cíclicas; es como que el retorno al punto de inicio da pie para todo: para retomar un ciclo nuevo, para romper con el ciclo y cambiar. Y nunca supe por qué esta historia me salió así. Tenía 15 ó 20 minutos para hacerla, y salió eso.<br />
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Hace ya casi medio año terminé una relación, que duró poco menos de un año, y trato de ver qué parte de esa historia me alcanza. Partes que me parecen bien, partes que me parecen mal, partes que no entiendo. Pero estoy convencido de que algo tiene que haber ahí.<br />
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La relación se terminó por una aproximación a un acuerdo entre partes, pero con suspensión más unilateral que bilateral: yo quería intentar remontarlo una vez más (ya venía cayéndose la cosa), y ella me dijo que no valía la pena, que estábamos estancados y que era inevitable.<br />
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En un principio le creí. Tenía todo el sentido plantearlo así. Hasta yo mismo lo había pensado, incluso exageradamente lo pensé la primera vez que hubo un "acá pasa algo" (visionario o paranoico, no sé).<br />
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Mirando hacia atrás, las cosas que hice y no hice no las puedo etiquetar de "buenas" o "malas", y la historia que escribí a los dieciséis no para de sonar, como esas canciones que cantás para adentro mientras rendís un examen y decís "pero la puta madre, dejame concentrarme en el final, ¿no ves que no es momento?".<br />
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La relación terminó, y nunca más hablé con ella. Cierto es que la primera semana me moría de ganas de llamarla y preguntarle cómo estaba. Al haber terminado en buenos términos, no veía por qué no podía hacerlo, pero había algo que me lo impedía. Pensé en hablar con amigos en común (sobre todo una muy amiga de ella), pero todavía <i>no tuve la oportunidad</i>, lo que significa que el orden de las casualidades no me lo dejó a mi alcance, y yo no hice nada para alterarlas.<br />
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Y siempre me pregunté qué pasaría del otro lado. Qué tan parecido o distinto lo vive ella. El "preguntarle cómo estaba" no es nada salvo esto: ver si del otro lado hay reflejos de lo que pasa en el mío.<br />
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No sé ya cuántas veces imaginé encuentros 100% casuales, conversaciones de todos los tipos y formas, y nunca supe qué hacer. Lo que tampoco pude definir en realidad es qué pasa de mi lado.<br />
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Al principio creí extrañarla horrores. Luego pasé a pensar que tal vez extraño una relación en sí, y no a ella. Después a cuestiones afectivas más allá de si es una relación o no. Y ahí estoy, todavía.<br />
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Confieso haber stalkeado en un par de oportunidades, en tiempos bastante breves, por miedo a lo que encontrara. Obviamente, el que busca, encuentra, y creí encontrar algo que no me favorecía: no había reflejo, todo pasaba de mi lado. O eso es lo que interpreté.<br />
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Y junté las dos cosas. Me vi envuelto en un proceso cíclico que duró un ciclo. Cuando escribí esto a los dieciséis, siempre me preguntaba si no debían de ser así las relaciones; si no era esa la forma en que es más correcto terminar algo. Hoy no sé, y tampoco creo que pueda saberlo. Y francamente no me interesa saberlo: son cosas que pasan de determinada manera, y hay que hacer lo que uno crea conveniente en su momento; después, ya es demasiado tarde.<br />
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Mientras estábamos terminando la relación, le dije que me había preguntado qué iba a ser de nosotros en cuanto a contacto, y que creía que no podría hablarle nunca más. No me equivoqué. Con el tiempo vi que en un instante perdí toda la confianza que tenía y que supe construir con un esfuerzo descomunal, sobre todo por cómo soy. En síntesis, ya no podía hablarle de nada. Me resultaba una extraña más. Como en la historia.<br />
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Hoy me encuentro recordando todo lo que pasó con un nivel de detalle peligroso, pero sabiendo que es un recuerdo que va a convivir conmigo y que con el tiempo irá (como ya viene) disminuyendo.<br />
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A esta altura, no sé si quiero encontrarla en algún lugar. Realmente no sé; no es un "no sé" queriendo decir "no": realmente no tengo idea. Quizás solo quiero por el momento que se vaya la sensación esta de los ciclos. Y entender por qué me llama tanto la atención la historia.Agushttp://www.blogger.com/profile/16586235007244942878noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-73092562240871674132014-05-06T12:10:00.002-03:002014-05-06T12:10:58.006-03:00El abandonoDespués de mucho pensar, decidí que quiero dejar terapia.<br />
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Habiendo atravesado un viaje muy duro de más de cuatro años, siento que ya perdió alguna magia que supo tener. Me pasó lo mismo con piano, cuyas clases abandoné a fines del 2013, pero por razones distintas.<br />
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Mi razón, creo, es que ya no tengo nada más que decir. Nada que decir, que no pretenda averiguarlo por mi cuenta y a mi ritmo, el cual por cierto cambió mucho últimamente: pasé del análisis profundo y detallado, al accionar desmesurado y casi hasta apresurado. Vale aclarar que esta última metodología no es perjudicial, sino que es exactamente lo que buscaba.<br />
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Sí, me quedan temas sin resolver, pero de eso se trata la vida también: resolver lo que nos toque enfrentar. Justamente hace un par de semanas me dijo (el psico) algo que yo no terminaba de decir, pero sí de comprender: me siento mejor preparado para cualquier situación, cuento con mejores herramientas. Y es por esa cuestión que quiero abandonar: quiero ir a la jungla y que venga lo que venga.<br />
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Mi problema ahora pasa por cómo lo digo. Debatí muy fuertemente conmigo mismo cuando quise dejar piano. No sabía cómo decirlo, qué reacción esperar. Por suerte me mandé de lleno y salió bien. (No, no tendría por qué haber salido mal, pero los locos somos así). Será cuestión de hacer crecer un poco las bolas y ver qué pasa. Tengo a mi favor que "el cliente siempre tiene la razón".<br />
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Cuando resuelva esto les cuento (?).<br />
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N. del A.: el signo de pregunta viene a que nadie me lee :'(Agushttp://www.blogger.com/profile/16586235007244942878noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-47568733349229317612013-10-22T22:33:00.003-03:002013-10-22T22:33:43.607-03:00Me dieron ganas de escribirteSe encontraron a una cuadra del bar. Ninguno llevó el auto, porque ella no tenía ganas, y él no lo podía usar ese día. Además, si querían ir a tomar fuerte, no convenía llevarlo.<br />
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Luego del bar, que no consistió en otra cosa que compartir momentos, risas, charlas y todas esas cosas en las que nadie se fija, y que sin embargo resultan fundamentales a la hora de describir y comparar relaciones y sentimientos, decidieron que estaban cansados como para hacer otra cosa que dar por concluida la velada. Ella tenía un sueño atroz, no se podía mantener despierta casi. Él siempre aguantaba un poco más, sobre todo porque en la jornada no había estado a un nivel exigente para sus niveles de actividad excesiva.<br />
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Después de meditar, negociar, bromear y alguna que otra caricia, resolvieron que mejor iban a la casa de ella y él seguía viaje después, solo. Tal vez la idea no los convencía a ninguno de los dos, pero ambos sabían que sus estados les impedían tener cualquier tipo de encuentro que requiriera energías. Más que nada, él era el más firme en desistir y llevarla a ella primero, porque lo enternecía verla adormecerse, entrar en ese trance que nos envía más allá de nuestro común poder de autocontrol.<br />
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Se subieron un taxi y le indicaron la dirección de la casa de ella. Luego de uno o dos minutos, el momento: ella se abraza a él y comienza a dormitar, y por qué no, a dormir. Es ahí que él descubre su verdadero placer, su éxtasis: prefiere por sobre todas las cosas del mundo que ella duerma sobre su hombro, abrazada a él.<br />
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Alguna vez alguien dijo que lo mejor de estar en pareja es dormir juntos. Compartir ese momento, despertarse junto al otro, poder abrazarlo si hubieren pesadillas o cualquier otra excusa, válida o no. Él prefiere verla dormir abrazada a él.<br />
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La entrega al sueño es quizás muy peligrosa: especies enteras de animales se turnan para dormir, o duermen con un ojo abierto. No terminan nunca de descansar plenamente, por miedo al peligro inminente. Tan inminente como impredecible. El peligro y la muerte acechando.<br />
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Ella se entrega por completo a su hombro. A él. Se despoja de todos los posibles peligros del mundo y se sumerge en su propio submundo, su inconsciente. Entra en ese estado de profunda relajación, tan profundo y eterno como efímero.<br />
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Es este el motivo de su fascinación. Ver la completa entrega que se le ofrece, la completa confianza en el momento de mayor debilidad, en el momento en el que ya no podrá hacer nada por oponerse a ningún estímulo o acción, y que en realidad no quiere hacer nada tampoco. Solo quiere sumirse en su propio ser, explorarse sin comprender del todo qué es lo que su mente va creando. Y para sumirse en su propio ser, se refugia en él, otro ser. La entrega completa es su motivo de fascinación.<br />
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Por otro lado, la encuentra particularmente hermosa en esos momentos.Agushttp://www.blogger.com/profile/16586235007244942878noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-23914675494857338512013-05-20T09:13:00.002-03:002013-05-20T09:13:48.261-03:00Carta abierta a la...Contrario a la tendencia más reciente, hoy voy a irme al carajo de nuevo. Hace rato no lo hago. Tengo tantas ganas de irme al carajo, que voy a hacerlo con los temas más jodidos.<br />
Composición. Tema: política.<br />
Sinceramente no puedo entender cómo funciona este país. Mejor dicho: puedo, pero no entiendo cómo nos cabe.<br />
Con los años, la imaginación idealista de todo niño decae ante la triste realidad. Esas fantasías en las que todos éramos felices, las cosas se hacían siempre bien; todo fue decayendo a medida que nosotros mismos fuimos yéndonos al carajo, con la edad y la búsqueda de caminos y alternativas para no hacer tal o cual cosa. Quién nunca dijo, aunque sea jodiendo, en un examen del colegio o la facultad "le tiramos unos mangos a ver si aprobamos". No es necesario haberlo hecho para que yo pueda decir con toda seguridad que estamos corruptos. La sola idea de hacerlo ya muestra una tendencia.<br />
Ahora bien, los temas de la actualidad cada día me asombran más, y a la vez me chupan más un huevo.<br />
Los domingos está Lanata. Cada uno tendrá su opinión del programa, del tipo, etc. Lo que no entiendo es la forma en que se acredita y desacredita al "gordo". Para algunos, es un semi dios que nos revela verdades ocultas a nuestro ser impuro; para otros, es una lacra que le bajan línea de todos lados. Leí en Twitter a una que decía "La onda es así: imagen de fondo con escrito de contrato o declaración jurada borrosa y dos números resaltados en verde: investigación". Por un lado, tiene razón: no se puede decir que todo lo que nos muestren como verdad, sea efectivamente así. Por otro: ¿cómo carajo querés que te lo muestren? El programa no tiene cuatro horas de duración para leerte todos los papeles. Es fácil desconfiar sin leer todo, pero de ahí a decir "a este le bajan línea y pone una pelotudez así nomás diciendo que es algo serio" es demasiado.<br />
Esta es una de las cosas que me asombra y me chupa un huevo terriblemente: desconfiamos de alguien por su supuesta ideología, o porque creemos que manipula las cosas. El tipo te muestra mil datos, testimonios, etc. "Está todo armado". Y bueno, si cada vez que alguien te diga que pisaste mierda, vos le vas a decir que no tiene razón porque es un boludo, a pesar de que te haya mostrado la mierda que pisaste, la huella de tu zapatilla en la mierda, y te diga que tenés olor a mierda, entonces estamos jodidos.<br />
¿Qué es lo que tenemos ahora? Una sociedad dividida. Pero no solamente dividida por su ideología política: está dividida a tal punto que es imposible cruzarse de bando. Todos estamos cerrados con tantas ganas en nuestro círculo, que gritamos fuerte y pataleamos cuando alguien nos muestra algo del otro lado, <i>tenga razón al mostrarlo o no</i>.<br />
Por último, y para no irme demasiado al carajo, va mi opinión: o Clarín y el gobierno están armando algo para rompernos tanto el culo, que prefieren armar una rivalidad pelotuda para tenernos BIEN distraídos, o los Kirchner leyeron a Maquiavelo y lo aplican al pie de la letra. Esta última opción es más jodida: el Grupo Clarín es algo muy grande y fuerte como para comerse una movida de esas.<br />
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¿Por qué estarían armando algo entre ellos?<br />
- Néstor permitió la fusión Cablevisión y Multicanal. O sea, permitió ampliar el monopolio que critican.<br />
- ¿Qué hizo el Grupo Clarín contra la ley de medios? Boludeces. Creó la imagen de una anticonstitucionalidad que nadie entiende, porque nadie leyó (de la plebe, digamos) la ley de punta a punta, y mucho menos sabe algo fuerte de leyes y constitucionalidad de las cosas.<br />
- ¿Qué hizo el gobierno? Creó el 7D. Contra esto, el Grupo Clarín no hizo nada. Esperó tranqui. El 7D le jugó a favor.<br />
- ¿Qué pasó después? No se mencionó nada del tema.<br />
Entonces, la enemistad de los muchachos quedó marcada e inamovible. Cada uno tiene sus soldados, que muestran las cosas que convienen.<br />
Vi un comentario en La Nación (los foristas son mi pasión) que decía que Lanata mostraba lo que le convenía al grupo económico que defiende, mientras que, si los demás no lo muestran, debe ser que estos datos solamente están orientados por los intereses del grupo económico. Mi respuesta:<br />
1) Dejen de decir grupo económico. NO SOMOS CULTOS, somos una manga de giles todos. Las palabras complicadas son para hacernos creer que la tenemos grande, cuando en realidad tenemos un maní quemado.<br />
2) Yo no tengo un maní quemado.<br />
3) Si los demás no muestran nada, es porque TAMBIÉN defienden los intereses de SUS grupos económicos. Es como decir que solamente un equipo juega como le conviene. No: el otro equipo también juega como le conviene. Si le conviene no mostrar, no muestra.<br />
<br />
Muerte a la política. La imaginación al poder (?).Agushttp://www.blogger.com/profile/16586235007244942878noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-48683050542853394292013-04-08T08:49:00.000-03:002013-04-08T08:49:08.946-03:00FeminismoAlguna vez hablé (<a href="http://yoportodoss.blogspot.com/2009/12/superiores-por-motus-propio-o-por.html" target="_blank">acá</a>) del feminismo como potenciador del machismo. Hoy vamos a hablar del feminismo resentido.<br />
Consideraciones previas:<br />
1) No soy machista. Creo que la igualdad entre el hombre y la mujer es una base de la cual partir.<br />
2) Sé que el mundo es machista.<br />
3) Me rompe las bolas el feminismo<br />
¿Y por qué aclaro esto? Porque el feminismo resentido no entiende la primer hipótesis. Doy por sentado que somos iguales en cuanto a derechos y todo eso. Sí, vivimos en un mundo machista. Sí, me rompe las bolas que seas feminista.<br />
¿Y entonces? Entonces creo que tiene que haber una alternativa. El feminismo se postula como combativo frente al machismo, pero solamente generando bronca. Lo único que desconozco y espero estar equivocado es sobre si el feminismo apoya la forma de comunicarse de nuestra presidente (terminando todo en "os" y "as"), y sobre tildar de machista a cualquier cosa que se realice y que perjudique a una mujer.<br />
Lo que yo creo es que este feminismo resentido no sabe diferenciar a un machista de un simple pelotudo/hijo de puta.<br />
Un tipo que faja a la mujer puede ser machista. Y digo puede, porque tal vez lo hace por alguna razón que escapa al odio hacia su mujer. Tal vez es demasiado pelotudo e hijo de puta; tal vez está haciéndolo porque no sabe reconocer que se odia a sí mismo por alguna razón. Es como cuando te puteás con otro porque tenés un problema vos solo. No te dicen "antiamiguista" por eso. Pero como hay diferencia de género en lo otro, TIENE que ser machismo.<br />
<br />
Vamos a un ejemplo concretísimo: odio a Malena Pichot. La odio a ella. No creamos que por eso odio a las mujeres y soy un misógino. Puedo decir que tengo amigas mujeres, eh (ba-dum-tsss).<br />
La odio justamente porque la considero una feminista resentida. Ojo, hay cosas que dice que tiene razón, como cuando puteaba por el Día de la mujer y demás (no festejarlo porque se recuerda cuando fajaron a unas minas que reclamaban igualdad). Pero de ahí a vivir resentida, no, querida, no.<br />
No podés vivir con odio por eso. Sin ir más lejos: yo soy judío, con lo cual podría vivir resentido (y con culpa, tan tradicional en nosotros). Durante muchísimos años (siglos) nos hicieron la vida imposible, e incluso hoy existen ciertos problemas también. Y nadie me va a negar que no existen: existen tanto en este país como afuera.<br />
Pero bien, yo no ando puteando y criticando a todos los que dicen algo: los ignoro. <i>Lo que mata es la indiferencia</i>. No, no digo que si te joden a niveles inaceptables, te cruces de brazos y digas "ya se va a pasar". Pero pará la mano, querida.<br />
El verdadero camino hacia la igualdad es un cambio en la idiosincrasia, en lo colectivo. No por ir puteando a todos te van a dar bola. Así lográs concientizar solamente al que entiende cómo hablás. Promové campañas, buscá llegar a las masas; puteando desde tu casa (o tu teléfono con Twitter), no lográs un carajo. Más aún: lográs el odio de quienes odiás, y hasta podés generar nuevos odios (como yo).<br />
Ojo, yo te odio porque me parecés una pelotuda, no porque seas mujer. En todo caso, decime pelotudo o hijo de puta; nunca machista o misógino.Agushttp://www.blogger.com/profile/16586235007244942878noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-14833553269924958922013-04-08T08:27:00.002-03:002013-04-08T08:27:15.318-03:00Momentos NerdEn un libro que era de mi abuelo, contaban la historia de la matemática (un poco nerd lo mío), pero no desde la idea de los grandes matemáticos solamente, sino la historia de los números en sí. En particular, contaban que había algunas tribus (de no sé dónde) que contaban de la siguiente manera: 0, 1, 2, 3, infinito. Y ahí terminaba.<br />
En álgebra, en la resolución de ecuaciones lineales, se da uno de tres casos:<br />
- El problema no admite solución<br />
- El problema tiene solución única<br />
- El problema tiene infinitas soluciones<br />
Como vemos, acá tenemos menos opciones que los mismísimos indios. Unos evolucionados los matemáticos.<br />
Adónde apunto: habiendo sido encarado más de una vez, puedo decir que me encararon infinitas veces; o sea, soy un ganador de aquellos.<br />
Adónde debería apuntar: me encararon solo dos veces, y una ni siquiera fue tan así.<br />
Aquí se aprecia cómo los matemáticos dibujan la realidad en la que vivimos.
Agushttp://www.blogger.com/profile/16586235007244942878noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-77900651027763643532013-03-20T08:38:00.001-03:002013-03-20T08:38:05.825-03:00Como anillo de cuero al dedo de alambreEstoy cursando una materia, Organización Industrial III, que es lo más apropiado que me pasó en la vida. No sé si es lo mejor que me pasó, pero sí es algo que no puedo entender cómo todo encastra perfecto.<br />
Hace ya un tiempo vengo pensando en renunciar. A ver si se entiende: en renunciar a trabajar en la empresa que en unos años va a ser literalmente MÍA. Y va a serlo a menos que mi vieja se abra y venda su parte. Y no lo hace porque yo estoy ahí, entre otras cosas.<br />
<br />
Razones que me llevaron a pensar en irme al carajo:<br />
<br />
- No me dan bola<br />
- No me hablo con la gente de mi piso (ellos ni me saludan cuando llegan, y yo llego antes siempre)<br />
- Me fui del colegio para trabajar en algo relacionado con la carrera, y solamente me la paso haciendo boludeces administrativas<br />
- No veo que esta situación vaya a cambiar en ningún plazo (corto o mediano)<br />
<br />
Razones que me hacen quedarme en el laburo:<br />
- Gano bastante más que si fuese pasante<br />
- Me da paja buscar otro laburo, y lo que encontré no me convence<br />
<br />
Sorpresivamente, ayer tuve una teórica en la que el mismo profesor nos preguntaba a los que trabajamos (que somos la mayoría) si nos hartamos del laburo después de cierto tiempo (el tipo decía a partir del tercer año más o menos) y sentimos que ya no podemos crecer. “Bueno, eso pasa siempre”. La puta que lo parió.<br />
Se puso a hablar de los problemas de liderazgo, de la desmotivación al empleado, del empuje inicial de cuando arrancamos el laburo (y queremos llevarnos puestos a todos y a todo)… en fin, de todo lo que pasa cuando uno arranca un laburo en un laburo típico, con un jefe típico, etc. Y también habló de lo que hay que hacer para corregir esas cosas. Todo lo que dijo, no solamente era híper lógico, sino que era algo que yo ya me había dado cuenta y había pensado en solucionar de esa manera.<br />
Un capítulo entero de la materia es “empresas familiares”. No me jodan, parece a propósito. Y encima el JTP de mi curso es <i>primo segundo de mi vieja</i>. Sí, lo es. Nos enteramos en la primera clase.<br />
En fin, todo parece apropiado para que esta materia sea lo más provechosa para mí. Tanto para ver y aprender cómo se debería manejar el entorno de mi laburo, como para ver hasta qué punto voy a tener que tolerar cosas, y si lo voy a hacer.<br />
El impacto de esta materia llegó a tal punto, que le dije a mi vieja, cuando volví a mi casa: “a esta materia tendrían que venir algún día C y M, y si querés vos también”.<br />
En resumen, materia que me viene como anillo al dedo.Agushttp://www.blogger.com/profile/16586235007244942878noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-58494567988313817792013-03-08T11:25:00.004-03:002013-03-08T11:25:39.855-03:00A la mismísima concha de tu hermanaNo entiendo nada. Por un lado quisiera creer que hay cosas que son simple consecuencia de la pelotudez, incapacidad e hijadeputez de algunos, pero hay cosas que me superan.
Hoy se me acercó K. Me dijo “vení que te enseño algo”. No entendí. Por un lado, quise creer que escuche “vení que te pregunto algo”, que era una frase más lógica; no porque yo sea un no sé qué y ella una no sé cuánto, pero me costaba creer que ella me estuviese por enseñar algo. Me equivoqué.<br />
Me llevó a dos cubículos del mío, ahí donde está el servidor y otra computadora, que yo conozco de memoria su función pero que nunca usé ni pienso usar. Pensaba. Me sentó y me mostró cómo se usa esa máquina del demonio.<br />
La prende (ella. Yo no lo hice por falta de reflejo y paja). Windows 98. Tachame la doble, ya. Hay imágenes que se nos escapan de la mente apenas las vemos, o que en todo caso las queremos echar nosotros. Me dice que el ícono que hay que usar es este. Ok. Lo abro. Ya me la veía venir. Pero el mini diálogo que siguió me dejó pelotudo:<br />
- Te muestro cómo se hacen, porque en algún momento, cuando yo esté muy ocupada, te voy a pedir que lo hagas. Me dijo C que te enseñe para que me ayudes cuando no pueda hacerlo yo.<br />
Primero, esas no fueron las palabras exactas, pero sí los conceptos básicos. Segundo, no me acuerdo. Sigo pelotudo. Tercero, una bronca y petrificación terribles me estaban surgiendo.<br />
Hice todos los pasos que me decía. Me aclaró cosas que yo ya sabía (ajenas a esto en particular), pero no me importaba. Estaba haciendo todo para que se fuera rápido. Todo lo que me enseñó lo podría haber deducido si me sentaba cinco minutos solo ahí. Todo, salvo una cosita, pero que es algo que no hay que tocar porque es así. Esas tautologías me encantan. Me encantan cuando no tengo ganas de agarrar el monitor y tirarlo por la ventana, o por la cabeza de C.<br />
<br />
Panorama general, ajeno a esto:<br />
Si la nota que me tienen que dar hoy es un aprobado (y muy probablemente lo sea), tendré prácticamente el 70% de la carrera aprobada. Además, mis pronósticos (y los de cualquiera) dicen que a más tardar en dos años me estoy recibiendo. Dos años. Cuatro cuatrimestres. Nada. Re poquito tiempo.<br />
Si bien es sabido que un recién recibido “no sabe nada”, justamente por esa razón debe ir aprendiendo lo que pueda en otros lugares ajenos a la facultad. El trabajo es un lugar ideal para esto. Ahí se aplican muchas cosas que se aprenden; otras, no, pero es lógico y no importa ahora.<br />
<br />
Mi pregunta es, entonces: ¿POR QUÉ CARAJO TENGO QUE IMPRIMIR YO LAS ETIQUETAS SI ESTOY AHÍ NOMÁS DE RECIBIRME Y MUESTRO TENER TODAS LAS GANAS DE HACER COSAS QUE MEJOREN LA TERRIBLEMENTE MALA ADMINISTRACIÓN QUE HAY DE TODO, ADEMÁS DE QUE MIS CONOCIMIENTOS EN CIERTAS ÁREAS NO SOLAMENTE SON MAYORES QUE LAS DE MUCHOS SINO INCLUSO MAYORES QUE LOS PROPIOS JEFES DE CADA UNA DE ESAS ÁREAS? Y HABLO DE ÁREAS QUE INCLUYEN PLANIFICAR, COORDINAR, TENER DETERMINADAS CONDICIONES Y, ENCIMA, ESTUDIAR UNA CARRERA QUE ME PREPARA PARA TODO ESO.<br />
<br />
Bueno, mis posibles soluciones son:<br />
1. No hay interés en que yo aprenda o haga nada en absoluto. No existe esa dedicación para el aprendiz que hay en otros lados, por falta de estructura, voluntad, lo que quieran.<br />
2. Como recién renunció T (que, dicho sea de paso, era un tiro al aire y un cero a la izquierda), alguien tiene que cubrir los baches que dejó. ¿Quién lo puede hacer? Alguien que nunca tenga tarea específica asignada. ¿Por qué no tiene nunca una tarea específica asignada? Ver 1.<br />
3. Existe el interés específico de que yo no aprenda nada en absoluto. Una pelea de tolerancias y aguantes. A ver quién se cansa primero: yo, de no hacer nada; o C, de que yo esté CONSTANTEMENTE al pedo. Esto tendría origen en la lucha por el poder en la empresa: soy uno de los futuros dueños y mi vieja no está interesada; nunca lo estuvo. Ella se abriría de la pelea enseguida; yo, no. Te la peleo hasta el final. Por lo menos POR AHORA. Y en ese “por ahora” es donde está mi debilidad. Una de las tantas.<br />
La realidad es que me importa tres carajos cuál sea la razón, pero sí es cierto que me rompe profundamente las pelotas no tener nada para hacer: para eso, me quedo en mi casa.<br />
Mil veces pensé en irme a la mierda, mandar a todos y a cada uno al carajo y hacer la mía. Sinceramente, me retiene el sueldo. Cobro mucho más de lo que podría cobrar en cualquier pasantía, y eso me vale bastante. Me da mucha autonomía. Ojo, no cobro ninguna fortuna, pero las pasantías se pagan miseria. MISERIA. Entonces estoy obligado a aguantar hasta que tenga con qué plantarme de frente, o irme al carajo.<br />
Debatí seriamente la posibilidad de mandar CV’s por ahí para ver qué onda. El surgimiento de un proyecto interesante en el laburo me hizo cancelarlo. TENER QUE IMPRIMIR ETIQUETAS DE MIERDA ME HACE VOLVER A PENSARLO SERIAMENTE. Aunque sea para tener una idea de qué hay afuera.<br />
Creo que en estos días voy a apurar a que se haga el proyecto este nuevo. No puedo seguir así.Agushttp://www.blogger.com/profile/16586235007244942878noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-34863325601415707612013-02-14T11:16:00.003-03:002013-02-14T11:16:30.057-03:00No aguanto másNo es de
pendejo prepotente; es que no puede ser. <i>El
que sabe, sabe; y el que no, es jefe</i>. Al pie de la letra. Las dos personas
que se distribuyen el poder de la empresa, son dos personas sin conocimiento de
administración. Ok, una estudió, pero se recibió a los sesenta y pico. No
jodamos.<br />
No solo eso:
no solo no tienen conocimientos de administración, sino que además no saben delegar.
El concepto más básico en una estructura es la delegación: que otro haga algo,
así vos te ocupás de lo que importa. No. Acá tienen que hacer todo.<br />
Hace más de una semana, con una anticipación envidiable, pedí un certificado de trabajo. Me preguntó qué tenía que decir. Por dios, es un puto certificado, no física
cuántica (en eso, mi jefa sabría, porque es física, pero esto es con otra
persona). Todavía no tengo el certificado. Mañana vence el plazo para
presentarlos. Creo que me voy a inmolar contra el edificio.Agushttp://www.blogger.com/profile/16586235007244942878noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-41916458751643848192013-02-07T12:52:00.003-03:002013-02-07T12:52:38.186-03:00Que alguien me explique dónde le pifiéMediados de diciembre, 2012.<br />
<br />
Yo: M, ya tengo definidas mis vacaciones. ¿Cómo hago para pedir la licencia sin goce de sueldo?<br />
M: No llegaron todavía quienes se encargan de eso, están de vacaciones. Cuando lleguen te aviso. (Ok, están de vacaciones los que regulan las vacaciones. Es fácil así).<br />
<br />
Fines de diciembre, 2012.<br />
<br />
M: Acá tenés. Hacete una igual, a mano, indicando las fechas.<br />
Yo: Bueno. Ah, y ya definí cómo voy a hacer lo del tiempo completo. Lo hago la semana siguiente a que vuelvo. O sea, del 28 de enero hasta el 1 de febrero. Igual después confirmo.<br />
M: Ok.<br />
<br />
Yo: C, al final ya tengo armadas las vacaciones. Me voy el 23, que es domingo, y vuelvo el 23 de enero. El 24 ya estoy acá otra vez. Sobre lo que me dijeron de venir tiempo completo, lo voy a hacer la semana siguiente, pero solamente esa semana, porque después arranco a preparar finales.<br />
C: A ver, lo anoto en este calendario. Vos volvés el 24 acá y estás tiempo completo hasta el otro viernes, ¿no?<br />
Yo: No, vuelvo el jueves, pero recién el lunes hago tiempo completo.<br />
C: Ah, ok. Anoto entonces “Agustín Full” esos días.<br />
<br />
Anota en el calendario solamente esa semana.<br />
<br />
<br />
Jueves, 24 de febrero de 2013.<br />
<br />
M: Agustín, cuando tengas definido cómo vas a hacer con lo del tiempo completo, ¿me avisás?<br />
(Yo avisé antes de irme)<br />
Yo: Ya me lo sé ahora. Vengo completo del 28 al 1.<br />
M: Ok. Ahora te cambiamos la ficha.<br />
<br />
<br />
Lunes, 3 de febrero de 2013. 13:00hs.<br />
<br />
Saludo a jefa C y a M, que estaban en el mismo lugar. Me saludan ambas.<br />
<br />
Bajo a fichar la salida. La ficha no está. Agarro el teléfono.<br />
<br />
M: M (se acostumbra decir el nombre de quien atiende para acelerar trámites. Yo lo hago también)<br />
Yo: Ah, M. ¿Mi ficha puede ser que haya quedado arriba? (obvio que quedó arriba)<br />
M: Ah, sí, puede ser. Llamá y que te la bajen.<br />
<br />
Llamo. Me dicen que me la bajan. Espero. No me la bajan. Subo. Justo me la estaban por bajar (como la pizza). Bajo. Me voy.<br />
<br />
Martes, 4 de febrero de 2013. 9:30 aprox.<br />
<br />
C: Agustín, ¿ayer tenías que hacer algo a la tarde, que te fuiste más temprano?<br />
Yo: Eh… no. Esta semana retomaba el horario habitual.<br />
C: ¿Cómo el horario habitual? ¿No venías estas dos semanas?<br />
Yo: No, no. Era solo la semana anterior.<br />
C: (en tono de reproche) Uh, justo que te estábamos dando más cosas y demás, venís a retomar de nuevo… Bueno, ya está.<br />
Yo: …<br />
<br />
<br />
12.30<br />
Yo: M, ¿ya arreglaron mi ficha?<br />
M: Sí, sí. Había pensado que venías hasta el 15.<br />
<br />
¿Alguien me explica cómo es que se rompió/descompuso el teléfono, cuando no hubo interlocutores entre C, M y yo?<br />
<br />
N. del A: los martes me iba 12.30 y los viernes 13.30. Ahora me voy todos los días a las 13.00. Por lo menos, este viernes es mi cumpleaños.Agushttp://www.blogger.com/profile/16586235007244942878noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-54869146846392534082013-02-04T11:07:00.002-03:002013-02-04T11:07:20.382-03:00Los plaseres de la bidaDicen que no hay sensación más hermosa que el placer en sí. Mi idea, más bakuniana, dice que es más hermoso el placer ajeno en conjunto con el propio.Agushttp://www.blogger.com/profile/16586235007244942878noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-76217608969559246852013-01-28T14:58:00.000-03:002013-01-28T14:58:32.500-03:00Sistema educativoInocente, corrés por la pradera. Campos infinitos de flores
variadas inundan tu vista, que se regocija. Por detrás de ti asoma un bosque de
árboles inmensos. Con curiosidad, te acercás al bosque: un mundo desconocido te
cautiva. Criaturas inimaginables te rodean amistosamente. Pronto te hallás
rodeado de manadas que juegan incansablemente.<br/>
Una mano te toma del brazo; una persona, claramente mayor
que vos, te pide que la acompañes. Se trata de una travesía que deben emprender
juntos. No entendés por qué: sos feliz allí en el bosque. Nadie te deja
preguntar, y luego te meten en un mundo donde las preguntas abundan y las
respuestas escasean. Allí radica la maravilla de ese mundo, en la búsqueda.<br>
Creerías que ya estás dispuesto a preguntar y averiguar
cuanta cuestión se te atraviese en la mente; no podrías haberte equivocado más.
Aun te queda una infinidad de cuestiones que aprender, que ya fueron resueltas
por otros. Tu curiosidad mengua, declina.<br>
En un momento determinado, te liberan al bosque. Los
animales se te siguen acercando, pero tus ganas de jugar con ellos no es tal y
como lo supo ser. Buscás estar solo; tu tristeza te inunda la vida que te
rodea. Sin darte tiempo a pensar en nada más, te vuelven a tomar del brazo y te
llevan otra vez a ese mundo de cosas ya sabidas.<br>
---<br>
Años después de ir y venir, el bosque ha perdido ese
esplendor que supo tener. Tu triste alma no lo notó, entre tantas idas y
venidas. Decidiste salir a recorrer el prado otra vez, ahora que te libraron a
tu propio azar. Empezaste a avanzar por el mismo en dirección opuesta al
bosque, tratando de no mirar atrás. Algunas veces lo hiciste, pero en
definitiva avanzaste sin más.<br>
Apenas te diste cuenta, y los colores del verde pasto se
fueron degradando; ahora son amarillentos. La tierra, anteriormente debajo,
empieza a aparecer en pequeñas acumulaciones aisladas, y al darte cuenta de
ello quisiste llorar. ¿Cómo puede ser que hayas ignorado todo lo que te
rodeaba, por el simple hecho de que una mano desconocida te llevó, no solamente
a un mundo donde las inquietudes estaban todas dominadas, y aquellas que no lo
eran estaban simplemente lejos de tu alcance, sino que además no te dejó buscar
tus propias inquietudes?<br>
La vanagloriada doctrina a veces ciega y nubla la vista. Es
hora de que las manos dejen de llevarnos por la fuerza, para empezar a ir de la
mano juntos, ambos explorando el prado y el bosque.
Agushttp://www.blogger.com/profile/16586235007244942878noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1362032595328657129.post-54677198745084603462013-01-25T08:39:00.002-03:002013-01-25T08:39:22.494-03:00Cambios<br />
“Viajar te cambia la cabeza”; quién no habrá escuchado algo parecido a esto en la antesala de un viaje a realizar. Bueno, yo no fui la excepción. Y es más: esa frase no pudo haber sido más acertada.<br />
Antes de volverme, me puse a hacer un súper repaso para poder intentar resumir el viaje en sí de la manera más compacta posible. Me acordé de un amigo, que cuando hablábamos con otra amiga que estaba planificando su casamiento de acá a uno o dos años y él más o menos también hablaba del propio, cuando yo reaccioné diciendo “pero sos re joven, ¿qué apuro tenés?”, él me dijo “¿qué tiene de malo? Yo ya no necesito nada más; ya las viví todas”. Esa frase me sonó como resumen excelente y perfecto: las viví todas. Las hice todas.<br />
Retomando la frase inicial, se supone que todo viaje implica un crecimiento personal. No solamente puedo decir que así ocurrió, sino que además me di el lujo de poder clasificar mis crecimientos, dividiéndolos según el aspecto que abarcaran. Llegué a esto: el yo turista; el yo persona (en cuanto a vivencias en general y además emociones se refiere); y el yo hombre. Pude brevemente reducir cada experiencia a alguna de estas tres categorías, concluyendo que cada una de las partes creció radicalmente. Conclusión: yo, como sumatoria de las tres partes, crecí una infinidad.<br />
No sé si tiene sentido ponerme a explayar sobre cada una de estas partes, además de porque no sé si me alcance un libro entero para ello, pero cambiaron tanto mi visión como acción en torno a cualquier cosa que me rodee. Por ejemplo: en los últimos años, cada vez que volvía de las vacaciones con mi vieja y mi hermana, me sorprendía de cuán distinto me portaba acá en mi casa de en los viajes. Allá me revolucionaba, era todo lo que no podía ser y hacía todo lo que no podría hacer acá. Eso me traje distinto, o al menos por ahora lo veo así: acá estoy con la misma actitud que allá, siendo esta actitud la que me sorprendía tener afuera. O sea que pude de alguna manera combinar ambas personas, la que vive el día a día con rutina con la que vive el día a día al máximo.<br />
En fin, no sé cuánto sentido tenga todo esto, pero puedo concluir sin lugar a dudas que, tal y como el recital de Mccartney, no puedo afirmar nada por no haber vivido toda mi vida aun, pero este viaje, si no es el mejor de toda mi vida, va a ser al menos uno de los mejores sin dudas.<br />
Agushttp://www.blogger.com/profile/16586235007244942878noreply@blogger.com2