Después de mucho pensar, decidí que quiero dejar terapia.
Habiendo atravesado un viaje muy duro de más de cuatro años, siento que ya perdió alguna magia que supo tener. Me pasó lo mismo con piano, cuyas clases abandoné a fines del 2013, pero por razones distintas.
Mi razón, creo, es que ya no tengo nada más que decir. Nada que decir, que no pretenda averiguarlo por mi cuenta y a mi ritmo, el cual por cierto cambió mucho últimamente: pasé del análisis profundo y detallado, al accionar desmesurado y casi hasta apresurado. Vale aclarar que esta última metodología no es perjudicial, sino que es exactamente lo que buscaba.
Sí, me quedan temas sin resolver, pero de eso se trata la vida también: resolver lo que nos toque enfrentar. Justamente hace un par de semanas me dijo (el psico) algo que yo no terminaba de decir, pero sí de comprender: me siento mejor preparado para cualquier situación, cuento con mejores herramientas. Y es por esa cuestión que quiero abandonar: quiero ir a la jungla y que venga lo que venga.
Mi problema ahora pasa por cómo lo digo. Debatí muy fuertemente conmigo mismo cuando quise dejar piano. No sabía cómo decirlo, qué reacción esperar. Por suerte me mandé de lleno y salió bien. (No, no tendría por qué haber salido mal, pero los locos somos así). Será cuestión de hacer crecer un poco las bolas y ver qué pasa. Tengo a mi favor que "el cliente siempre tiene la razón".
Cuando resuelva esto les cuento (?).
N. del A.: el signo de pregunta viene a que nadie me lee :'(
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