viernes, 12 de noviembre de 2010

Reconocer

Es difícil decir que uno haya presenciado alguno de los momentos más importantes de su vida, porque nunca sabe qué es lo que le puede llegar a pasar en un futuro, tanto mediato como inmediato, además de que a los viente años no puedo decir que conozco lo que va a ser de mi vida, como para comparar. De todas maneras, hay ocasiones en que la propia conciencia sabe que ese momento es ÚNICO y que va a marcarlo a uno para el resto de su vida. Cumplir un sueño es una de esas situaciones que, si bien puede llegar a ser superada por otro evento todavía desconocido, no deja de tener un valor tan grande que es difícil no afirmar que es uno de los momentos más importantes de la vida propia.
Por lo que yo sé, fui a ver a Paul Mccartney. Tres horas de un sueño eterno, que el día que se me borre de la cabeza va a ser por la simple razón del fin ciclo de la vida. O el Alzheimer. De todas maneras, dudo que esa enfermedad me ataque ese punto de mi vida. Si lo hiciera (si es que siquiera llego a tenerla), se terminaría mi ciclo de vida por voluntad propia, aunque no me acuerde.

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