viernes, 25 de enero de 2013

Cambios


“Viajar te cambia la cabeza”; quién no habrá escuchado algo parecido a esto en la antesala de un viaje a realizar. Bueno, yo no fui la excepción. Y es más: esa frase no pudo haber sido más acertada.
Antes de volverme, me puse a hacer un súper repaso para poder intentar resumir el viaje en sí de la manera más compacta posible. Me acordé de un amigo, que cuando hablábamos con otra amiga que estaba planificando su casamiento de acá a uno o dos años y él más o menos también hablaba del propio, cuando yo reaccioné diciendo “pero sos re joven, ¿qué apuro tenés?”, él me dijo “¿qué tiene de malo? Yo ya no necesito nada más; ya las viví todas”. Esa frase me sonó como resumen excelente y perfecto: las viví todas. Las hice todas.
Retomando la frase inicial, se supone que todo viaje implica un crecimiento personal. No solamente puedo decir que así ocurrió, sino que además me di el lujo de poder clasificar mis crecimientos, dividiéndolos según el aspecto que abarcaran. Llegué a esto: el yo turista; el yo persona (en cuanto a vivencias en general y además emociones se refiere); y el yo hombre. Pude brevemente reducir cada experiencia a alguna de estas tres categorías, concluyendo que cada una de las partes creció radicalmente. Conclusión: yo, como sumatoria de las tres partes, crecí una infinidad.
No sé si tiene sentido ponerme a explayar sobre cada una de estas partes, además de porque no sé si me alcance un libro entero para ello, pero cambiaron tanto mi visión como acción en torno a cualquier cosa que me rodee. Por ejemplo: en los últimos años, cada vez que volvía de las vacaciones con mi vieja y mi hermana, me sorprendía de cuán distinto me portaba acá en mi casa de en los viajes. Allá me revolucionaba, era todo lo que no podía ser y hacía todo lo que no podría hacer acá. Eso me traje distinto, o al menos por ahora lo veo así: acá estoy con la misma actitud que allá, siendo esta actitud la que me sorprendía tener afuera. O sea que pude de alguna manera combinar ambas personas, la que vive el día a día con rutina con la que vive el día a día al máximo.
En fin, no sé cuánto sentido tenga todo esto, pero puedo concluir sin lugar a dudas que, tal y como el recital de Mccartney, no puedo afirmar nada por no haber vivido toda mi vida aun, pero este viaje, si no es el mejor de toda mi vida, va a ser al menos uno de los mejores sin dudas.

2 comentarios:

  1. muy bien hecho querida
    Y SI , es real que cambia la bocha
    este año tengo muchas ganas de probar irme sola bien a la mierda.
    debe ser genial.

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    1. Es una cosa de locos, hacela. Me siento incómodo por no saber si el "querida" era irónico o no, siendo que soy querido...
      En fin, es además conocerte más a vos. Yo hice el viaje siempre acompañado; creo que hacerlo solo debe ser increíble, pero hay que tener huevos (u ovarios) para hacerlo. Tal vez lo haga alguna vez.

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