lunes, 8 de abril de 2013

Feminismo

Alguna vez hablé (acá) del feminismo como potenciador del machismo. Hoy vamos a hablar del feminismo resentido.
Consideraciones previas:
1) No soy machista. Creo que la igualdad entre el hombre y la mujer es una base de la cual partir.
2) Sé que el mundo es machista.
3) Me rompe las bolas el feminismo
¿Y por qué aclaro esto? Porque el feminismo resentido no entiende la primer hipótesis. Doy por sentado que somos iguales en cuanto a derechos y todo eso. Sí, vivimos en un mundo machista. Sí, me rompe las bolas que seas feminista.
¿Y entonces? Entonces creo que tiene que haber una alternativa. El feminismo se postula como combativo frente al machismo, pero solamente generando bronca. Lo único que desconozco y espero estar equivocado es sobre si el feminismo apoya la forma de comunicarse de nuestra presidente (terminando todo en "os" y "as"), y sobre tildar de machista a cualquier cosa que se realice y que perjudique a una mujer.
Lo que yo creo es que este feminismo resentido no sabe diferenciar a un machista de un simple pelotudo/hijo de puta.
Un tipo que faja a la mujer puede ser machista. Y digo puede, porque tal vez lo hace por alguna razón que escapa al odio hacia su mujer. Tal vez es demasiado pelotudo e hijo de puta; tal vez está haciéndolo porque no sabe reconocer que se odia a sí mismo por alguna razón. Es como cuando te puteás con otro porque tenés un problema vos solo. No te dicen "antiamiguista" por eso. Pero como hay diferencia de género en lo otro, TIENE que ser machismo.

Vamos a un ejemplo concretísimo: odio a Malena Pichot. La odio a ella. No creamos que por eso odio a las mujeres y soy un misógino. Puedo decir que tengo amigas mujeres, eh (ba-dum-tsss).
La odio justamente porque la considero una feminista resentida. Ojo, hay cosas que dice que tiene razón, como cuando puteaba por el Día de la mujer y demás (no festejarlo porque se recuerda cuando fajaron a unas minas que reclamaban igualdad). Pero de ahí a vivir resentida, no, querida, no.
No podés vivir con odio por eso. Sin ir más lejos: yo soy judío, con lo cual podría vivir resentido (y con culpa, tan tradicional en nosotros). Durante muchísimos años (siglos) nos hicieron la vida imposible, e incluso hoy existen ciertos problemas también. Y nadie me va a negar que no existen: existen tanto en este país como afuera.
Pero bien, yo no ando puteando y criticando a todos los que dicen algo: los ignoro. Lo que mata es la indiferencia. No, no digo que si te joden a niveles inaceptables, te cruces de brazos y digas "ya se va a pasar". Pero pará la mano, querida.
El verdadero camino hacia la igualdad es un cambio en la idiosincrasia, en lo colectivo. No por ir puteando a todos te van a dar bola. Así lográs concientizar solamente al que entiende cómo hablás. Promové campañas, buscá llegar a las masas; puteando desde tu casa (o tu teléfono con Twitter), no lográs un carajo. Más aún: lográs el odio de quienes odiás, y hasta podés generar nuevos odios (como yo).
Ojo, yo te odio porque me parecés una pelotuda, no porque seas mujer. En todo caso, decime pelotudo o hijo de puta; nunca machista o misógino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario