Luego de haberme creído ajeno a todo y a todos en mayor o menor medida, es gracioso ver cómo reacciono ahora. En un instante, y sin pensarlo, saqué a la luz aquel sufrimiento que me inquietaba; todavía persiste, no se va a ir tan rápidamente. Lo loco es que ahora empiezo a abrir los ojos. Sí, tardé más de dos décadas de vida (2,2) en abrir verdaderamente los ojos.
Porque uno puede reconocer que está en otro lugar, sea este otro lugar deseado o no, privilegiado o perjudicial; la maravilla ocurre cuando uno retorna a ese lugar al que creía no pertenecer. Encuentra que es simplemente uno más en ese ambiente tan observado desde lejos.
En una sola semana leí más de un blog en el que encontré similitudes, sentimientos encontrados, lugares comunes. Y lo curioso es que al principio creí que eran todas señales; algo tiene que significar que yo, en dos o tres días luego de haberme decidido a mostrar algo que me pasa, encuentre en muchos lugares supuestas claves de qué hacer con eso, cómo interpretar el momento, etc.
Y así como creí que eran señales, la revelación: todo el mundo pasa por estas cosas. Y es justamente por eso que es muy probable encontrar a más de uno que esté pasando por algo muy parecido a la vez que yo. También es probable que lo escriba, y hasta que yo lo lea.
Y ahora es cuando no me siento menos que adentro. Cuando más afuera me vi, no era sino por imposibilidad de encontrar la forma de entrar, y la impotencia que eso generaba. Ahora ya estoy adentro, más adentro que nunca.
PD: es muy irónico que la palabra "blog" no sea reconocida por el diccionario que usa Blogger (así como tampoco la palabra Blogger, ahora que la escribo). En casa de herrero...
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