domingo, 13 de diciembre de 2009

Génesis

Y empieza algo que hace mucho tiempo quise que empezara. Porque me gusta escribir, aunque no sea lo mejor que hago en la vida (que no son muchas, tampoco, ¿vio?). Pero vamos a lo concreto:
Este blog no pretende ser nada más que la humilde opinión de un don nadie que cree que tiene que decir lo que piensa. Por lo tanto, va a estar repleto de temas, producto de una mente que cuando está al pedo, se escapa un rato por ahí. Y cómo se escapa. Será que está muy al pedo...

Hay muchos temas que van a ser tratados en el blog, pero para nada va a haber regularidad en su actualización, como tampoco en su seriedad. Pero, como el primer post tiene que tener algo más que una introducción pedorra, vamos a los bifes.

Mientras alterno entre los dos partidos que definen el campeonato local, quisiera hablar de la fama. No de la gloria que trae ni nada de eso, porque como no soy famoso no tengo ni puta idea de lo que es, sino de los "famosos". Y resalto las comillas, porque hoy en día cualquiera que se arrodilla un poco puede llegar bien alto (qué irónico, ¿no?). Será el rebote... Chistes aparte, vengo notando cada vez más la falta de presencia que tienen los famosos hoy en día. Pero, ojo, no es que no aparezcan nunca, eh. Nada de eso. Incluso aparecen más de lo que uno quisiera (que en muchos casos sería nada). Con presencia me refiero a lo fácilmente manipulables, endebles, incluso poco serios que son.

Según un estudio reciente, el 99% de las mujeres "famosas" tienen como mínimo una o dos operaciones hechas. No hablo de transplantes, ni extracciones de apéndices. Hablo de cirujías plásticas o injertos, que no son operaciones en sí, pero como no soy médico, me da igual. El problema es que nadie se preocupa de lo que digan, si es que tienen algo para decir, más allá de "porque vos te cojiste a tal" o "yo nunca dije que fueras puto", sino que todos se fijan en cómo se ven. Algunas incluso están bárbaras sin ninguna pincelada extra, pero, por las dudas, agarran la jeringa más cercana y se meten botox hasta en el culo, casi literalmente.

Tenemos el ejemplo de la modelo que murió hace poquito. No voy a meterme en el quilombo, si hubo mala praxis o qué carajo, porque no sé ni me importa. Pero después de ver esta foto (que obviamente fue hecha antes de que muriera), díganme si no estaba bárbara:

No sé ustedes, yo la mato (QEPD). Igualmente esta mina es un mal ejemplo, porque no se puso tanto encima como para entrar a mi categoría. Es más, yo ni siquiera sabía de su existencia hasta su muerte (con lo cual mi idea de que la gente es más conocida después de su muerte, tiene un mínimo de validez).
Ahora vamos a algún ejemplo que me ayude:
A ella también la mato, pero de alguna manera morbosa, como arrancarle los implantes y disolverlos en algún solvente tóxico, para después inyectarle por vía intravenosa todo ese quilombo que quede. Alguien que me explique cómo alguien (otro alguien, ¿no?) tan vacío y estúpido, puede tener reconocimiento nacional. Porque es nacional el reconocimiento. Nadie sabe cómo se llama el futuro ministro de educación de la ciudad de Buenos Aires (Abel Posse, de paso), pero todos saben las tramoyas que esta trola hizo y hace con su hermano, otro engendro de la falta de voluntad de progreso.

Ese es un ejemplo poco feliz, digamos. Hay otras personas no tan asquerosas que igualmente están tocadas por la varita mágica del doc. Pero el punto es que se viene valorizando a gente con mucho plástico en el cuerpo, y poca materia gris. E incluso los ponen a entretener a la gente. Los hacen cantar, bailar, en fin, los hacen hacer todo lo que no saben hacer, porque no saben hacer nada. Y encima terminan creyéndose que son importantes. Piensan que otros se quieren "colgar de ellos" (que asco, considerando el último ejemplo). Pero lo peor es que muchas veces tienen razón: otro infeliz igual de estúpido o menos (porque más no se puede) trata de subir escalones en un intento casi suicida, en algunos casos, de conseguir esa fama. Fama que solamente concluye por ir al programa de Tinelli a putearse con la Alfano, después a lo de Rial y Canosa, y gozar con lo recaudado en el camino, para reiniciar el ciclo de la gente que quiere "colgarse de ellos". Puaj.

El día que la gente sea valorada por tener media neurona activa, vamos a tener otra vida. Seguramente la gente siga colgándose de otros pero, por lo menos para tener voz y voto, van a tener que cumplir con el requisito de la media neurona, situación totalmente antagónica con la anterior. Lo peor es que seguramente sigan Rial y la escoria de la televisión de la tarde (que me reduce el rango de canales para ver cuando quiero despejarme de la facu, la que los parió) inventando historias y esas cosas que le gustan, pero por lo menos las discusiones van a tener (quiero creer) un mínimo más de sentido. O sea, no solo se van a pelear por la homosexualidad o no de algún personaje, sino que van a hablar de los veraces de cada uno, o de quién tiene el CI más alto. Qué triste.
Perdió Banfield y es campeón (en cancha de mi boquita). Felicitaciones.


En fin, esto fue un boceto de post. Con el tiempo la ironía y los juegos de palabras van a aparecer más, pero no me apuro en hacerlo, a ver si se me agota la chispa.

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